viernes, 22 de mayo de 2009

Sueños son

Una vez leí esto en algún lado, de esto hace más de diez años y me intriga por qué me quedó tan grabada la frase. Decía algo así:
"Si al otro día llamasemos por teléfono a las personas con las que soñamos la vida sería mucho más fácil."
En su momento, hace más de una década, me pareció muy buena.
Y espere ansioso el momento para ponerla en práctica. Hasta que llegó:
Yo tenía 23 y seguía muy enamorado de una chica con la que había salido el año anterior.
Soñé con ella. La llamé. Contestó. Le conté que había soñado con ella y fin de la conversa.
Yo no sabía que mas decir. Ni ella, supongo.
En fin.
Anoche soñé con alguien pero no se que sentido tenga decirselo.
No creo más en esa frase... creo.

6 comentarios:

Borratinta dijo...

Anoche soñé con mi mamá, pero, dado que la que me parió está a la diestra del señor hace ya un lustro, temo se me complique la comunicación...
Minidiálogo posible:

-Tuuu, tuuuu, tuuuuu.
-La persona a la que ud. llama está apagada o fuera del área de cobertura.

Quizá con un mensaje de texto...

Abrazo, querido!

Unknown dijo...

jajaja
mi estimado
que bueno volverlo a leer.
es usted muy bueno con la pluma y la palabra. su destreza con sable dejo que la ejercite con Jessica (que si tiene una hermana me avisa y le hago la segunda).

las letras de humo escritas con aviones seran los pasacalles para el mas alla?

Pablo dijo...

Recomendación para (no) llevarla al zoo: imagínese uno no ingresando al bestiario, no pagando la entrada, no saludando a la susodicha entre dos bocinazos en medio de plaza italia, no abonando el transporte público a la voz de "al zoológico, por favor", no mirando el propio reflejo en las vidrieras, camino a la parada, no cerrando la puerta de casa detras de sí, no apagando las luces, no acomodandose el flequillo frente al espejo del baño.
Llegado este punto, imagínese uno semiacostado en el sofá y el timbre que suena...si es ELLA, bien por ud., se ha ahorrado entre otras cosas: la vista de animales famélicos y deprimidos, el olor a estiércol, los bocinazos, un peso veinte ($1,20), el desacomodamiento inevitable del (importantísimo) flequillo/mechón que tanto le favorece cuando cae sobre ese perfil y que nunca, pero nunca, cuando cae sobre el otro, por último, se habrá ahorrado ese sesudo análisis para identificar cuándo es el momento adecuado para decir: "¿querés ir a tomar algo a casa?"
Si es ELLA, entonces, no olvide recibirla con un buen vino y, si hiciera falta, recuérdele que alguno la hubiera invitado al zoológico (pero ud. no)

Abrazo

Lautaro dijo...

jaajja
Estimado, muy buena apreciación
Casi parece que me leyera la mente.
Si bien con la susodicha ya ha pasado todo, es mas por darle un gusto para que ella luego me lo de a mi. Pero usted tiene razón el verdadero hombre masculino no hace esta clase de concesiones. Solo va y toma lo que le corresponde.
Por que nos cuesta tanto verlo cuando nos tienen muertos?

Anónimo dijo...

pero yo quiero ir al zoo y quiero que me lleven a la casa del hippo y que se llame hugo,como se va a llamar si no?y los hombre son los que se bancan el zoo y otras cosas y no salen corriendo.

Lautaro dijo...

y bueno, anonimo, ese es el punto, te conseguis un hombre como yo que te lleve al zoo y se banque toda clase de cosas.
claro que por el que vas a morir va a ser por ese que no te quiera llevar al zoo.
es algo asi como una ley del reino animal.
por ahi la visita al zoo si se realiza algun dia me ayude a meditar sobre estas cuestiones.